lunes, 23 de julio de 2012

Empieza por donde puedas...

Levante la mano quien sepa de algo malo que hacemos los mexicanos. Levante la mano quien se queja todos los días porque el gobierno no hace su chamba. Levante la mano quien haya detectado que algo no funciona bien en su colonia. Levante la mano quien haya hecho el menor esfuerzo por mejorar aquello de lo que se queja...

Y es que en México, en nuestro querido México...de todo nos quejamos, ahora, después de estas elecciones...todo nos "duele" y sin embargo, no somos capaces de mover un dedo. Y es que en México hacemos tantas cosas mal, y estamos tan habituados a que así funcione todo, que para qué cambiar. Total, sí así hemos vivido "toda" la vida, qué necesidad de cambiar.

Dicen, que la gente sólo cambia, cuando siente la necesidad de hacerlo...y por lo visto, los mexicanos aún no sentimos esa "necesidad"...y nos ha bastado con quejarnos del gobierno, de los políticos, de las televisoras, de las empresas y hasta de nuestro vecino si es necesario.

Pero olvidamos que la respuesta es mucho más sencilla que la pregunta. Que la respuesta y el cambio está en nosotros (como personas y no como frase trillada).

Y quienes tienen la oportunidad tras cada elección, desde su nuevo puesto, de cambiar las cosas...no lo hacen...si tan sólo se dieran cuenta, que en un país, donde todo se hace mal, aquel "loco" que osare hacer algo bien, por insignificante que fuera, pasaría de un día a otro, de jefe delegacional o presidente municipal a emperador azteca.

Así pues, si eres de esos individuos de este monstruo social, capaz de percatarse de los "errores" que surgen y se reproducen a tu alrededor, pero no sabe por dónde empezar...como recomiendan por ahí, empieza por donde puedas, que en este caos, con una ventana que abras, iluminarás la habitación.

lunes, 2 de julio de 2012

México, te veo triste e inconforme.

Hoy vi a mucha gente deprimida, pero curiosamente, más enfocada en su trabajo y en hacer las cosas bien. ¿Estás en desacuerdo con los resultados electorales? ¿Esperabas un cambio? El cambio no depende del nuevo presidente, depende de ti. ¿Quieres un México sin corrupción? Deja de manejar en estado de ebriedad y buscar saltarte el alcoholímetro. Deja de estacionarte en lugares para discapacitados. Deja de dar mordidas, para evitar que tu coche vaya al corralón ¿Quieres un México sin violencia por narcotráfico? Deja de consumir drogas -cualquiera que ésta sea y por mínima que sea la cantidad ¿Quieres un México tolerante? Respeta las opiniones adversas y enfocáte en tus actos. Deja la crítica y la queja infructuosa. ¿Quieres ver mejoras en tu calle, en tu colonia? Levántate, llama, denuncia, limpia, actúa, repara. ¿Quieres un México con mayores oportunidades para todos? Trabaja tanto como puedas y crea empleos. ¿Quieres un México con seguridad? Denuncia, y asegúrate de hacerlo con todas las bases. ¿No crees en las leyes? Asesórate, reúne grupos de trabajo, elabora propuestas y acércate al Congreso. ¿No conoces a tus diputados y senadores? Infórmate. Quieres un mejor México, sé un mejor ciudadano. Tú eres México. Tú eres el México que quieres.

sábado, 12 de mayo de 2012

Quiero un México intolerante

Ayer el candidato a la Presidencia de la República del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Peña Nieto, visitó la Universidad Iberoamericana (mi "alma mater") y se encontró con un gran grupo de jóvenes inconformes que le lanzaron toda serie de acusaciones, algunas quizá con fundamentos otras quizá sin fundamentos, pero lo rescatable, a mi forma de ver, es que pudieron expresarse, sin caer en el vandalismo o la violencia (hasta donde puede observarse).

Estos hechos han sido nota en casi todos los diarios del país. Las críticas han surgido también, principalmente señalando como "intolerantes" las actitudes mostradas por los estudiantes. Hasta donde se ve en las imágenes y videos difundidos, esa "intolerancia", parecen sólo expresiones de rechazo e inconformidad ante ciertos hechos concretos. Sin embargo, no parece haber daño, delito o agresión física hacia nadie. De ser así, será importante señalarlo también.

Más allá del candidato en cuestión, las protestas, los partidismos y  la universidad, las críticas que señalan a la comunidad estudiantil de la Ibero como "intolerante", quizá, al final tengan razón. Y en tal caso, me proclamo a favor de la intolerancia. Es más, ¡yo quiero un México intolerante!

Yo quiero un México intolerante a la corrupción.
Yo quiero un México intolerante a los homicidios de hombres, mujeres y niños.
Yo quiero un México intolerante a la no rendición de cuentas.
Yo quiero un México intolerante a "estelas de luz" y monumentos sin sentido.
Yo quiero un México intolerante a la desigualdad entre la población.
Yo quiero un México intolerante al racismo.
Yo quiero un México intolerante a la falta de oportunidades.
Yo quiero un México intolerante a caciques que toman de rehenes a la "Educación"
Yo quiero un México intolerante a políticos y partidos de cualquier color que no vean por el bien común.
Yo quiero un México intolerante al daño del medio ambiente y los recursos naturales.
Yo quiero un México intolerante a todo aquello que dañe o evite el sano desarrollo de sus pobladores.

¿Tú qué México quieres?

lunes, 12 de marzo de 2012

¿Por qué los mexicanos no denunciamos?

Durante cerca de 20 años, me jacté de haber sido de los pocos ciudadanos del Distrito Federal a los que jamás lo habían asaltado. Extraordinaria suerte terminó hace 8 días.

Era un domingo, alrededor de las 6:30 de la tarde. Había comido en casa de mis padres, como suelo hacerlo casi cada fin de semana. Iba manejando en mi auto hacia mi departamento cuando me detuve en un semáforo en rojo por el que he pasado cientos de veces, pero esta vez, fue diferente. Dos chicos de alrededor de 16 años de edad, se acercaron a mi coche, primero rompieron la ventana del lado del copiloto, posteriormente amenazándome me “solicitaron” el celular y la cartera. Después de algunos segundos, mientras caía en la cuenta de lo que estaba ocurriendo, y al ver al asaltante cada vez más nervioso, decidí acceder a su petición. El semáforo se puso en verde y arranqué, lleno de coraje y frustración, sin saber a dónde dirigir, a quién llamar, ni con qué celular hacerlo.

Unas cuadras más adelante, me topé con una patrulla a la que detuve intempestivamente. Tras una breve reseña ante las autoridades, y con su ayuda, llamé a casa de mis padres, para avisar que iba de regreso, tras haber sufrido tal agresión. Una vez ahí, hice las llamadas pertinentes para cancelar tarjetas bancarias y línea de teléfono. Después, intentar dormir de la manera más tranquila posible.

Esa semana transcurrió de forma agitada, envuelto en una carga de trabajo por encima del promedio, así continuó hasta el sábado. El domingo decidí levantarme más temprano de lo usual y acudir al Ministerio Público a denunciar los hechos. Lo hice por dos razones: la primera, porque requería una copia certificada de la denuncia para poder acudir a Telcel (compañía de celular) para poder bloquear el equipo que me había sido robado, y evitar así, un posible mal uso de la información de mis contactos, que no sólo pudiera ir detrimento mío, sino de ellos. Segundo, porque aún cuando no creo en la eficiencia de nuestras autoridades para resolver los casos, prefiero darles el beneficio de la duda, antes que no hacerlo.

Una vez en el Ministerio Público, esta fue la crónica: Al llegar me topé con una mujer policía a la que le pregunté con quién debía hacer la denuncia. Ella me empezó a interrogar, pedir datos, información sobre los hechos anotándolos en una libreta. Luego me llevó hasta donde estaba un “licenciado” quien me pidió llenara un formato. Claro, no sin antes cuestionarme que por qué había tardado una semana en denunciar y tras explicarle, casi que hasta se enojó y de mala gana, continuó el procedimiento. En ese momento llegó otro policía quien me pidió que lo acompañara a otro lugar, y me volvió a pedir todos mis datos y reseña de los hechos. Éste a su vez, mientras le comentaba a otro policía, éste último iba repitiendo a través de un equipo de radiocomunicación para enterar del caso, a sabrá dios quién. Finalmente regresé con el “licenciado”, pude terminar de llenar el formato. Y me dijo, muy bien, ahora deberá esperar de 4 a 5 horas y dejarme la llave de su auto para que sea inspeccionado. Aún cuando no me sorprendió su declaración, mi reacción fue de: ¿Te cae?..¿y no me van a chingar mi coche?...¿y mientras qué hago? Y sobre todo…¿pues qué tanto van a hacer? No creo que encuentren ninguna pista de los ladrones, ¡la neta!En ese momento decidí platicarle que mi único o casi el único interés que tenía era obtener la carta para poder bloquear mi celular.

Ahí, cambió todo. Me dijo, bueno, en ese caso, mejor hagamos esto: rompa el formato que acaba de llenar donde cuenta que lo asaltaron, le dieron el cristalazo y demás, y llene este nuevo formato y sólo escriba que su auto estaba estacionado, y que al momento en que regresó, su celular ya no estaba. Con eso le firmo ahorita la carta que requiere, y se lleva su coche.

En ese momento pensé dos cosas: 1) Vaya mierda de sistema de justicia, que para hacer las cosas de forma correcta, debe uno esperar mínimo 5 horas. 2) Vaya mierda de compañía telefónica, que requieres una carta del Ministerio Público para bloquear un equipo del cual eres dueño. Y tres…ya sé que dije que eran dos, pero fueron 3…3) Vaya mierda, voy a cambiar mi declaración! Primero porque mi primordial interés es bloquear el equipo y segundo, porque aún haciendo mi declaración original, dudo muchísimo que atrapen a los rateros.

domingo, 12 de febrero de 2012

El problema no era mío...

"El problema no es mío"...pareciera que los mexicanos andamos por la vida con esta frase colgada en el pecho.

Si nos pasamos un semáforo en rojo, "el problema no es mío"...es que la ciudad es un caos, los policías no funcionan y yo tengo que llegar a tiempo.

Si alguien tira basura en la calle, "el problema no es mío"...total, ya pasará alguien, barrerá y limpiará la calle.

Si detectamos una fuga de agua, "el problema no es mío"...yo no tengo tiempo de andar llamando a nadie para que la arreglen.

Si se forma un nuevo grupo de pandilleros o drogadictos en la calle, "el problema no es mío"...es del gobierno que no crea espacios de recreación y educación para los jóvenes.

Si atropellan a un ciclista en la vía pública, "el problema no es mío"...¿qué no sabe cómo maneja la gente?

"El problema no era mío...hasta que..."

Si nos pasamos un semáforo en rojo, "el problema no era mío...hasta que"...atropellaron a mi hijo.

Si alguien tira basura en la calle, "el problema no era mío...hasta que"...se taparon las coladeras, la calle se inundó y el agua entró hasta mi casa.

Si detectamos una fuga de agua, "el problema no era mío...hasta que"...me quedé una semana sin agua.

Si se forma un nuevo grupo de pandilleros o drogadictos en la calle, "el problema no era mío...hasta que"...agredieron a mi hermana.

Si atropellan a un ciclista en la vía pública, "el problema no era mío...hasta que"...harto del tráfico, usé la bicicleta...y acabé en el hospital.

Hagamos de los problemas de nuestro México, nuestros problemas. Seamos parte de la solución. Seamos parte del México que deseamos.

jueves, 12 de enero de 2012

Soy México

Estamos a unos meses de las elecciones federales. Los principales partidos ya perfilan a sus candidatos. El PRI a Enrique. MORENA a Andrés Manuel y en el PAN se definirán por Josefina, Ernesto o Santiago.

A la par, en el día a día, se dan a conocer videos y comentarios sobre ciertos personajes de la sociedad, que no hacen más que subirse a su ladrillo e insultar e intentar denigrar al prójimo, ya sea llamándoles "prole", "pinches asalariados", "pinches gatos", "huelen feo", etc...

Por otra parte, se inaugura con casi 2 años de retraso un "monumento" "conmemorativo" del bicentenario de nuestra independencia con un costo aproximado de mil millones de pesos.

Estos 3 aspectos, sólo me indican una cosa: éste no es el México que quiero.

Estos no son los políticos que me representan. Estos no han sido los partidos que han visto por el bien de México. Y este no es un monumento digno de DOSCIENTOS AÑOS de Independencia.

Esperaría mucho más de una nación con esta "edad". Hasta ahora, tenemos una educación como país que da pena, una política y una sociedad corrupta, una delincuencia más organizada que cualquier otro ente de gobierno o ciudadano. Un civismo prácticamente nulo. Y una economía que tiene en la pobreza y en la desesperanza absoluta a más de la mitad el país.

Si bien es cierto que no hay que "tirarse al piso", ni "vivir en el pasado", sino ver hacia delante. No podemos ocultar nuestra realidad. Ahora, la pregunta que todos nos hacemos, ¿qué hacer?

Primero, "hacer país", asumirnos como mexicanos capaces y merecedores de una mejor nación, porque México no es un ente extraño. México soy yo, y yo soy el México que quiero.
Segundo, hacernos responsables y tomar las riendas en cada aspecto de nuestra vida y en cada acción, sea cuál sea nuestra posición en esta sociedad.

Empecemos por respetar la "ley" por muy pobre que ésta sea. Empecemos por respetar nuestro suelo y a quien tenemos a un lado. Empecemos por lo sencillo. No tiremos basura, no nos pasemos el alto, no hagamos la parada al camión donde no es, crucemos las calles por las esquinas, etc.

¿Cuánto tiempo nos tomará vivir en el México que tanto decimos querer? Todo depende. ¿Cuándo comenzaremos por lo sencillo?