lunes, 12 de marzo de 2012

¿Por qué los mexicanos no denunciamos?

Durante cerca de 20 años, me jacté de haber sido de los pocos ciudadanos del Distrito Federal a los que jamás lo habían asaltado. Extraordinaria suerte terminó hace 8 días.

Era un domingo, alrededor de las 6:30 de la tarde. Había comido en casa de mis padres, como suelo hacerlo casi cada fin de semana. Iba manejando en mi auto hacia mi departamento cuando me detuve en un semáforo en rojo por el que he pasado cientos de veces, pero esta vez, fue diferente. Dos chicos de alrededor de 16 años de edad, se acercaron a mi coche, primero rompieron la ventana del lado del copiloto, posteriormente amenazándome me “solicitaron” el celular y la cartera. Después de algunos segundos, mientras caía en la cuenta de lo que estaba ocurriendo, y al ver al asaltante cada vez más nervioso, decidí acceder a su petición. El semáforo se puso en verde y arranqué, lleno de coraje y frustración, sin saber a dónde dirigir, a quién llamar, ni con qué celular hacerlo.

Unas cuadras más adelante, me topé con una patrulla a la que detuve intempestivamente. Tras una breve reseña ante las autoridades, y con su ayuda, llamé a casa de mis padres, para avisar que iba de regreso, tras haber sufrido tal agresión. Una vez ahí, hice las llamadas pertinentes para cancelar tarjetas bancarias y línea de teléfono. Después, intentar dormir de la manera más tranquila posible.

Esa semana transcurrió de forma agitada, envuelto en una carga de trabajo por encima del promedio, así continuó hasta el sábado. El domingo decidí levantarme más temprano de lo usual y acudir al Ministerio Público a denunciar los hechos. Lo hice por dos razones: la primera, porque requería una copia certificada de la denuncia para poder acudir a Telcel (compañía de celular) para poder bloquear el equipo que me había sido robado, y evitar así, un posible mal uso de la información de mis contactos, que no sólo pudiera ir detrimento mío, sino de ellos. Segundo, porque aún cuando no creo en la eficiencia de nuestras autoridades para resolver los casos, prefiero darles el beneficio de la duda, antes que no hacerlo.

Una vez en el Ministerio Público, esta fue la crónica: Al llegar me topé con una mujer policía a la que le pregunté con quién debía hacer la denuncia. Ella me empezó a interrogar, pedir datos, información sobre los hechos anotándolos en una libreta. Luego me llevó hasta donde estaba un “licenciado” quien me pidió llenara un formato. Claro, no sin antes cuestionarme que por qué había tardado una semana en denunciar y tras explicarle, casi que hasta se enojó y de mala gana, continuó el procedimiento. En ese momento llegó otro policía quien me pidió que lo acompañara a otro lugar, y me volvió a pedir todos mis datos y reseña de los hechos. Éste a su vez, mientras le comentaba a otro policía, éste último iba repitiendo a través de un equipo de radiocomunicación para enterar del caso, a sabrá dios quién. Finalmente regresé con el “licenciado”, pude terminar de llenar el formato. Y me dijo, muy bien, ahora deberá esperar de 4 a 5 horas y dejarme la llave de su auto para que sea inspeccionado. Aún cuando no me sorprendió su declaración, mi reacción fue de: ¿Te cae?..¿y no me van a chingar mi coche?...¿y mientras qué hago? Y sobre todo…¿pues qué tanto van a hacer? No creo que encuentren ninguna pista de los ladrones, ¡la neta!En ese momento decidí platicarle que mi único o casi el único interés que tenía era obtener la carta para poder bloquear mi celular.

Ahí, cambió todo. Me dijo, bueno, en ese caso, mejor hagamos esto: rompa el formato que acaba de llenar donde cuenta que lo asaltaron, le dieron el cristalazo y demás, y llene este nuevo formato y sólo escriba que su auto estaba estacionado, y que al momento en que regresó, su celular ya no estaba. Con eso le firmo ahorita la carta que requiere, y se lleva su coche.

En ese momento pensé dos cosas: 1) Vaya mierda de sistema de justicia, que para hacer las cosas de forma correcta, debe uno esperar mínimo 5 horas. 2) Vaya mierda de compañía telefónica, que requieres una carta del Ministerio Público para bloquear un equipo del cual eres dueño. Y tres…ya sé que dije que eran dos, pero fueron 3…3) Vaya mierda, voy a cambiar mi declaración! Primero porque mi primordial interés es bloquear el equipo y segundo, porque aún haciendo mi declaración original, dudo muchísimo que atrapen a los rateros.

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